Las poblaciones de perdiz roja están sufriendo un gran declive debido a una combinación de factores. Como la producción natural no satisface la demanda cinegética, se comenzó hace unas décadas a criarlas en granja para liberarlas posteriormente, con el objetivo de reforzar sus poblaciones y mantener su caza. La suelta de perdices de granja, en cambio, ha supuesto un problema adicional para esta especie. Las perdices soltadas son muy frecuentemente híbridos entre perdices rojas (Alectoris rufa) y líneas domésticas de perdices chúkar (A. chukar), seleccionadas para ser más productivas en cautividad. Así, actualmente la perdiz roja está en peligro de extinción por hibridación con formas domésticas de la perdiz chukar. Los híbridos que se sueltan no son de primera generación, identificables morfológicamente, sino retrocruzamientos indistinguibles a simple vista, por lo que para detectarlos es necesario el uso de técnicas genéticas. En el IREC se han desarrollado marcadores genéticos que permiten descubrir la hibridación en las granjas cinegéticas de perdices.
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